Sunday, May 14, 2017

A real-life cry in the desert; the plea of the Maikona Village after Rain destroys their livelihood

A real-life cry in the desert; the plea of the Maikona Village after Rain destroys their livelihood
May 13th, 2017

Devastation after torrential rain - Photo courtesy of: Tumal Orto
 I met him during the Indigenous Terra Madre Conference, in Shillong, India in 2015. As an Indigenous Human Rights Advocate and Presenter my responsibility there was to educate on the United Nations 2030 Sustainable Development Agenda, give a briefing on the then upcoming Climate Change Conference of the Parties in Paris, France, and about the United Nations Declaration on the Rights of Indigenous Peoples.

Galdibe Tumal Orto,59, a pastoralist from the Maikona Village located in the heart of the Chalbi Desert in Marsabit County, in Northern Kenya, was one of the attendees. This gentleman with a personality, eyes and smile that brighten the entire room was an active participant in our audience. As we continued speaking during our stay in India, I learned about his community, his desire to help it prosper and the great significance of the livestock in a pastoralists’ life. To those who have not been exposed to this way of life, when hearing or reading about livestock, they pretty much imagine someone just gracing their animals in the beautiful green fields and perhaps even images of the Norwegian fairy tale of the “Three Billy Goats Gruff”. They do not connect it to a way of Sustenance for entire families, do not even fathom the fact that many at times have to walk long distances to grace their animals in a semi-arid terrain, or that it brings the opportunity to Education to the pastoralists’ children nor do they see it as the one factor that could either make or mar their lives forever. As said the World Bank Country Director for Kenya, Diarietou Gaye, back on July 30th, 2016 in a statement about a pastoralists’ project from the World Bank: “…livestock…is the single most important asset and the key source of food and income for pastoralists.”

Supplying water for their livestock during severe drought times ~ Photo courtesy of: Tumal Orto

Just about a week ago, I received a note from Tumal. I was super happy to hear from him, but very saddened to see under which circumstances this Indigenous brother had contacted me. As I read him, I could picture his face with the signs of worry and concern, and through his message I was missing that shine and smile that had characterized him when we met. Very little have we heard or read on the Western Hemisphere about the drought and the struggles of the pastoralists, and now about the torrential rains that have impacted the lives of hundreds of families since the end of April and beginning of May and where thousands of livestock have perished washed away by the floods, schools and homes submerged under water, and with very little help to cover the magnitude of this crisis and ensure their survival.

Tumal comes from a family who for generations have been Indigenous Mobile Pastoralists dating back to 1780. As a Pastoralist, he supports a family of six, with three children in College and one in High School. As a father of three daughters, Tumal’s main priority is their Education. Most girls in these communities do not go beyond 8th grade, and are exposed to Early Marriage and Female Genital Mutilation, which challenge the opportunities for a girl’s education, among other things. As a Father, with the proceeds from the sales of goats, sheep, and camels he has supported the family’s daily living and his children’s education. During the drought between 2016 and 2017, they did everything possible to keep their animals alive. Now these torrential rains have compromised their livelihood and as you can see, even his children’s education is at risk. Earlier this month, Tumal Orto, like many other pastoralists in the area, personally lost 225 Goats/sheep, 2 donkeys and 3 camels, and his total losses equate to approximately $30,000.00 USD. Other pastoralists have lost about 20,000 goats which equate to about $800,000.00 USD. Most of the animals that have survived are weak. About 100 households of Indigenous Mobile Pastoralists have been affected in this area. It is believed that in the next few years the Gabbra Indigenous Peoples are likely to become Climate Refugees.

Pastoralists gracing their livestock - Photo courtesy of: Tumal Orto
This community is not asking for much, but desperately needs assistance. It is their hope to reach out to the hearts of well-wishers, institutions, organizations, and the international community and mechanisms who could help fund a Restocking Program for these 100 households by supplying each household with 50 sheep/goats and 1 loading donkey, for a household total of $2,000.00 and a grand total of $200,000.00 for the village. While these numbers may not represent a significant amount of money for people in developed countries, in this case, it represents way more than goats and a donkey; it is sustenance, a way of life, education, it is a legacy, and literally, their own CULTURAL SURVIVAL!


For more information on how you can help, please contact: Tai Pelli - taipelli21@gmail.com Galdibe Tumal Orto – tumalorto@yahoo.com

Tai Pelli is a Taíno International Advocate on Indigenous, Environmental, Treaty and Human Rights.



Saturday, February 18, 2017

Después de 500 años se caza la primera iguana con Baira Tradicional Taíno en Borikén


Por: Tai Pelli
Iguana (no nativa) es cazada con Baira Tradicional Taíno después de 500 años por Juan J. "Maorinex" Torres Albelo

Cotubanamá, Urayoán y Maorinex regresando de la caza


Hace aproximadamente 36 años, en el hermoso pueblo de Ciales, Borikén (Puerto Rico), Doña Juana Dionisia Galarza Vega, Taíno, le entregó a su bisnieto de 3 años de edad, su primer arco; uno que ella misma había hecho de higuillo oloroso para que su bisnieto jugara por el batey. El niño feliz usaba su arco, pero éstos no le duraban porque la madera del higuillo oloroso es una madera blanda y asi regresaba donde su bisabuela quien volvía a hacerle otro hasta que ése corriera la misma suerte del anterior.

Es así como comienza la historia del interés y pasión innata por la Baira Tradicional al Taíno Juan “Maorinex” Torres Albelo, de 39 años.

A los doce años de edad, le regalaron un arco no-tradicional y con el que practicó hasta que le quedó pequeño. Su meta era participar formalmente en el deporte de la Arquería, pero éste era un deporte costoso que le brindaba exclusividad a la élite.
Comienza a buscar artesanos de madera para crear sus propios arcos y es durante una Víspera de una Jornada Taíno en Jayuya, en que la Abuela Taíno Naniki Reyes Ocasio, conociendo su pasión por la arquería le sugiere: “¿Por qué no te dedicas a enseñar la Baira Tradicional Taíno?” De allí en adelante fue un proceso de “Prueba y Error”, experimentando con los distintos tipos de maderas nativas de Borikén. Algunos al escuchar de su Proyecto lo apoyaron y otros se mofaron. Aún así ya estaba enfocado y determinado.

Durante una conferencia en el Centro de Estudios Avanzados del Caribe en Borikén sobre la Sobrevivencia Indígena, uno de los Rectores le sugiere que se haga de una Maestría en Arqueología. Teniendo la oportunidad de conocer y estar bajo la tutela de varios arqueologos profesionales reconocidos por sus valiosas aportaciones al campo de la arqueologia caribeña, empieza a indagar más sobre el Arco Taíno (Baira), aprende a identificar sus elementos, tipos de madera, recinas, etc. Tiene la oportunidad de conocer al Abuelo y artesano Taíno de Bieke (Vieques), Daniel Silva Pagán quien llevaba ya mucho tiempo elaborando la Baira.

El pasado enero de 2017, pudo haber sido un día cualquiera para cuatro compañeros y hermanos Taíno en Borikén. El plan era ir a Camuy a cazar iguanas para el consumo. Cotubanamá Casul y Maorinex Torres, decidieron llevar su Baira Tradicional y Urayoán Mercado y Biajani Román llevaron sus rifles de aire. “¡Me propongo coger una hoy!”-les dijo Maorinex a sus tres compañeros. Las iguanas son muy difíciles de cazar con una Baira, especialmente si están cerca de un río, por la facilidad que tienen de nadar y zambullirse por un termino de 15 minutos como mecanismo de defensa. Ellos estaban cerca de un río. El día iba acelerando. Ya Maorinex había fallado 9 tiros. Cotubanamá se dio cuenta que había una iguana en un árbol bastante cercano al río y se la señaló a Maorinex. Tan solo le quedaba una de las flechas de emplumado espiralado (contienen 6 plumas), las demás eran de las flechas caras de punta de metal. Lo pensó por un instante y recordó lo que se había propuesto al comenzar la caza. Agarró su última flecha de emplumado, se dispuso a colocarla en la Baira y soltó su tiro. Los cuatro hombres Taíno vieron como penetró la flecha por debajo de la boca y salió por la cabeza y la iguana cayó al suelo desde el árbol. Fue en ese momento en que celebraban el tiro que se dieron cuenta que era la primera iguana que se cazaba en Borikén con una Baira después de cinco siglos. En el 1513, el Rey de lo que conocemos hoy día como España, había dictaminado que no se permitiera manifestar ninguno de los aspectos de la cultura indígena. A muchos ancestros artesanos les fueron cortadas sus manos y/ó sus pies.
Maorinex, Cotubanamá y Biajani preparando las iguanas para el consumo (de izq. a derecha)

Juan J. “Maorinex” Torres, no ha limitado este conocimiento ni el practicar su arte para sí mismo, sino que ha estado educando y ofreciendo talleres a otros ya por muchísimos años. El arte de la Baira Tradicional Taíno, es un arte que abarca desde el escoger la madera nativa y preparar su propio arco funcional (que no tienen nada que envidiarles a los que se puedan conseguir en una tienda) y a aprender a tirar de ella segura y responsablemente. Los estudiantes vuelcan toda su creatividad y en ellos despierta su propia memoria celular Taíno. Después de todo, a los Taíno se les consideraba los mejores Arqueros del Caribe.

“Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas, comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la flora y la fauna, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales.”
~Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas
Artículo 31, párr. 1

En honor a la memoria de la Abuela Taíno Juana Dionisia Galarza Vega quien está en el Plano de Coabey